INTERÉS
Protestar en la calle
Más allá del motivo concreto que convocó a personas de todas las edades -cabe destacar que lo hicieron de manera pacífica y con todo respeto- los más de 200 protestantes desfilaron para concretar “una marcha de la bronca” ad-hoc, al decir de la famosa canción del rock nacional.
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Por el Lic. Sergio Soler
La manifestación pública realizada por una muy importante cantidad de vecinos y vecinas llevada a cabo en el microcentro puntaltense el pasado sábado, organizada por la agrupación Sudestada, a la cabeza de representantes de entidades gremiales, políticas, educativas, medios de comunicación y particulares, contempla varias aristas que merecen ciertas consideraciones porque reflejan el estado de ánimo de muchos y muchas puntaltenses.
Los exabruptos, diatribas y amenazas -en ese creciente orden semántico -manifestados por el presidente Javier Milei en la ultraderechista Conferencia de Davos-, que han sido debidamente tomados por la consideración general en nuestro país y en el resto del mundo, y cuyo foco se centró en personas integrantes del colectivo LGTBQ+, en las mujeres y en los “zurdos” (un término de evidente imprecisión y ambigüedad) evidencian sus intenciones fascistas. Muy peligrosas además para el normal desarrollo de la convivencia en el futuro, y, de continuar, para asegurar la continuidad democrática.
Más allá del motivo concreto que convocó a personas de todas las edades -cabe destacar que lo hicieron de manera pacífica y con todo respeto- los más de 200 protestantes desfilaron para concretar “una marcha de la bronca” ad-hoc, al decir de la famosa canción del rock nacional.
Quienes marchamos en protesta, y con el derecho constitucional que lo contempla y nos corresponde, lo hicimos por una larga lista de situaciones que nos atrasan económica y culturalmente y por el peligro de perder los derechos adquiridos a lo largo de años de luchas y reclamos que tanto costaron conseguir.
Marchamos por los colectivos de marras. Pero también lo hicimos por la acuciante situación de los jubilados; por los empleados estatales; por el racismo; por la continuidad de la ESI en la educación; por las luchas de los docentes y de los empleados estatales; por el desfinanciamiento de la de la universidad, de la educación pública, de la salud pública; por la mentira de la reducción de la inflación; por los tremendos aumentos tarifarios y de los servicios públicos; por los niveles de pobreza y de indigencia; por la libertad de expresión; por el ocultamiento y hasta la mentira noticiosa de los medios de comunicación hegemónicos; por un futuro ominoso para nuestros hijos/as y nietos/as; por el peligroso y violento avance de la ultraderecha y el fascismo.
El micrófono abierto para la expresión de quien lo deseara usar -docentes, referentes de Sudestada, de MOVEJUPA, de Fundación Evita, del PTS-Frente de Izquierda, de adolescentes, de empleados/as municipales y de particulares, fueron apenas una mínima muestra del descontento generalizado y de la necesidad de alzar la voz contra las injusticias que estamos viviendo.
Es de desear, ahora que una vez más muchas personas salieron a protestar a la calle, que esta efervescencia social no se diluya, que se mantenga y, eventualmente, se repita con la debida continuidad. Es menester promover y sumar las consideraciones propuestas. En la calle y con el debido compromiso social. Más protesta en la calle y menos protesta en la comodidad de los teclados y la virtualidad.
Nuestra convivencia lo demanda y la democracia lo contempla.
Foto: Brenda López
Comentario de los Lectores
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