¡Bienvenidos al apasionante mundo de la huerta urbana orgánica! Con la llegada del otoño, nos sumergimos en una nueva temporada de cultivo, y qué mejor momento para abordar la crucial tarea de planificar y diseñar nuestro espacio verde. En esta columna, exploraremos en detalle los aspectos fundamentales a considerar para garantizar el éxito de nuestra huerta en el entorno urbano.

1. Condiciones del terreno:

Antes de comenzar a sembrar, es esencial evaluar las condiciones del terreno. ¿Cómo afecta el sol a nuestro espacio? ¿Qué direcciones predominan los vientos? ¿Existen áreas propensas a inundaciones durante las lluvias? Además, no podemos pasar por alto la presencia de animales, tanto residentes como visitantes, que pueden influir en nuestro ecosistema urbano. Desde los curiosos gatos hasta las melodiosas aves, cada habitante debe ser tenido en cuenta en nuestra planificación.

2. Suministro de agua:

El agua es vida para nuestras plantas, por lo que es crucial contar con un suministro adecuado y sostenible. Preferiblemente, optemos por fuentes naturales como pozos o la recolección de agua de lluvia. Si nos vemos obligados a utilizar agua de red, es importante tener en cuenta el alto contenido de cloro, que puede afectar negativamente a la microbiota del suelo. Una solución simple es dejar reposar el agua para que el cloro se evapore, o incluso utilizar sistemas de filtrado si es necesario.

3. Horas de sol necesarias:

Cada planta tiene sus propias necesidades de luz solar. Es fundamental distribuir nuestros cultivos de manera estratégica, priorizando las áreas con mayor exposición al sol para aquellos que lo requieran. Desde las exigentes hortalizas de fruto hasta las modestas plantas de hojas, cada una merece su rincón soleado para prosperar en plenitud.

4. Orientación de los canteros:

El diseño de los canteros no es una tarea trivial. Para evitar sombras indeseadas entre nuestras plantas, se recomienda orientar los canteros hacia el sur. De esta manera, el sol recorrerá el espacio de este a oeste, bañando nuestras verduras y hortalizas con su cálido resplandor sin obstáculos.

5. Espacios de sombra:

No todas las plantas disfrutan del sol directo todo el tiempo. Desde los delicados semilleros hasta las rústicas aromáticas que necesitan un secado lento y pausado, es esencial contar con espacios de sombra en nuestra huerta. Ya sea bajo la protectora sombra de un árbol o en un pequeño invernadero improvisado, asegurémonos de ofrecer a nuestras plantas el entorno ideal para su desarrollo.

6. Espacio para herramientas y almacenamiento:

Por último, pero no menos importante, reservemos un espacio dedicado para nuestras herramientas de jardinería y almacenamiento. Un cobertizo bien organizado no solo nos ayudará a mantener ordenado nuestro equipo, sino que también puede servir como refugio para nuestras aromáticas en proceso de secado o incluso albergar un sistema de lombricompostaje.

En resumen, la planificación y el diseño del terreno son los cimientos sobre los cuales construiremos nuestra huerta urbana orgánica. Poniendo atención a cada detalle, podemos transformar incluso el más modesto de los espacios urbanos en un oasis verde y vital. ¡Que la temporada de cultivo otoñal nos encuentre listos para sembrar y cosechar abundantes frutos!

Fuente: Siempre Savia