OPINIÓN
“Es muy difícil encontrar a alguien que nunca haya experimentado la sensación de ansiedad”
Por las licenciadas en Psicología Paulina Facini y Josefina Gómez Peña.
La actual situación pandémica por la que nos encontramos atravesando se presenta para la mayoría como un suceso potencialmente traumático ya que se ven alteradas, entre otras cosas, nuestras condiciones de vida y rutinas generando un importante nivel de ansiedad y estrés en la población.
El impacto psicológico que ha generado la urgencia, el desastre y la prontitud de este fenómeno ha dejado estragos. Nos obligó a todos desde nuestros lugares a tomar nuevas posiciones en la inmediatez, no tuvimos alternativas, nos vimos obligados a adaptar aquellas rutinas habituales de nuestro día a día caracterizado por la libertad y por la libre circulación, a un estado de aislamiento social, con todo lo que ello implica.
Ya desde hace mucho sabemos, gracias al avance de determinadas ciencias y corrientes como la psicología, sociología, etc. que nos constituimos como sujetos gracias al contacto social con otro que nos signifique y que nos aloje en un contexto cultural. Pero entonces ¿Qué pasa cuando ese contacto social se ve interrumpido? ¿Cómo nos sentimos? ¿Qué se genera en nosotros seres sociales ahora aislados justamente de la sociedad? De esa sociedad que según creemos nos hacía ser quiénes somos…
Estos efectos se pueden observar en varios niveles, pero principalmente, lo vemos en la salud física, salud mental, cuestiones económicas, organización social, etc.
Desde el ámbito de la salud mental, podemos experimentar cambios repentinos e inesperados en nuestra conducta. Esto puede suceder debido a que hace ya, varios meses, que nuestro cuerpo y mente están en alerta, intentando adaptarse a la nueva situación, con la incertidumbre que eso conlleva.
La pandemia por COVID-19 genera mucha ansiedad debido a que se propaga con gran velocidad, no hay pruebas de inmunidad, es difícil detectar los casos que son positivos y el aislamiento es necesario, generando intensas consecuencias negativas.
Por estos motivos, podemos encontrarnos ante situaciones muy estresantes que debemos atravesar como por ejemplo, miedos y preocupaciones, alteraciones del ánimo, dificultades en la cognición, como déficits de atención y concentración, memoria y control ejecutivo, dificultades en cuestiones cotidianas básicas como el sueño y la alimentación, y además, puede haber personas que comiencen o incrementen un consumo problemático de alguna sustancia como el alcohol, marihuana, etc.
En este contexto, nos encontramos sobre todo con múltiples episodios de ansiedad. En sí, es muy difícil encontrar a alguien que nunca haya experimentado esta sensación, desde los más chicos hasta los más grandes atravesamos en algún momento particular de nuestras vidas por algún suceso de ansiedad. Pero dada la situación actual que nos encontramos atravesando esto se ve intensificado. La ansiedad es esa sensación que se nos presenta cuando estamos frente a un peligro que puede ser real o imaginario y como consecuencia se generan reacciones físicas en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestros modos de comportarnos.
La ansiedad suele presentarse ante la percepción incontrolable de una situación impredecible y entonces ponemos toda nuestra atención en posibles sucesos negativos. Destacamos que estas características son particulares también de la situación que nos encontramos atravesando, sin embargo cuando estas se presentan de manera intensificada se trasforman en una problemática para nuestra salud.
Más específicamente, lo que sucede es que existe una valoración errónea que persiste en el tiempo, se trasforma en disfuncional y la persona siente que se paraliza su vida, ya que percibe que tiene menos recursos de los que posee para afrontar la situación.
Lo que se recomienda entonces para evitar valoraciones distorsionadas de la situación actual es:
• Buscar información adecuada de fuentes confiables. Evitar información excesiva.
• Evaluar los resultados negativos y los factores de riesgos consecuentes
• Mantener y continuar las rutinas lo máximo posible dentro del contexto de aislamiento
• Mantener el contacto con seres queridos y allegados, aprovechar los medios de comunicación actuales.
• Evitar sobreexigirnos y ponernos metas elevadas
• Ejercitar capacidades y competencias
Así mismo, es importante estar alerta a que estas manifestaciones no se incrementen en el tiempo y se trasformen aún más disfuncionales y paralizadoras.
A lo largo de este tiempo hemos escuchado mucho la palabra reinventarse ya que en numerosas ocasiones, las personas tuvieron que modificar sus formas de trabajo, sus formas de convivir y de relacionarse con el resto. Es por eso, que consideramos importante mencionar el concepto de resiliencia ya que se define, en simples palabras, como la capacidad de salir fortalecido frente a situaciones adversas. Las personas con alta capacidad resiliente tienen habilidades para resolver problemas, para pedir ayuda, ayudar a otros, manejar sentimientos intensos e impulsos, etc.
La pandemia por COVID-19 puede dejarnos muchas experiencias dolorosas y frustrantes pero además, nos puede proveer muchos aprendizajes nuevos, fortaleza personal, nuevas formas de relacionarnos con los otros, la valoración de la vida y de las pequeñas cosas, etc.
Por las licenciadas en Psicología Paulina Facini y Josefina Gómez Peña.
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