La emoción del interminable Osvaldo “Vasco” Ayzaguirre, la sonrisa de Leonardo “Loquillo” Moncada y los aplausos del querido Orlando “Lito” Coria, serán una postal que quedará para la historia, de un jueves 25 de octubre de 2018 soñado.

No fue fácil el camino para Ciudad Atlántida, entró a los playoff en el último lugar y fue a todos sus cruces en desventaja – eliminó a Villa Mitre y Olimpia –, aunque el nivel demostrado dentro del campo de juego lo proclamó un justo campeón. Ojo antes tuvo que sufrir. Y claro, no podía ser de otra forma.

Con las barandas colmadas, del escenario ubicado en calle Alvear al 700, el cuarto compromiso fue el definitorio. Ayzaguirre siguió firme en el arrime y Moncada tuvo una mano infernal para pegar y también acercar en más de una ocasión.

Así, se colocó rápidamente 4-0 y fue dominador absoluto. La jerarquía de Independiente, integrado por Rafael Randazzo y Juan Carlos Hutchinson – luego ingresó Juan Scarfi –, no lo hizo dudar en ningún momento. La concentración fue clave y el apetito de gloria fundamental.

El visitante apenas pudo sumar una vez de a dos en el tanteador, el resto tuvo que trabajar a destajo para intentar acercarse, pero eso nunca sucedió. Con la confianza al máximo, el cierre fue cargado de tensión y emotividad.

Parecía negarse, hasta que en la mano diecisiete, Ayzaguirre conocedor del reducto la puso más cerca del chico que ninguno y desató el festejo. Ese que se venía negando desde el 2010, cuando ya había bordado su primera estrella en la especialidad de esta divisional.

Secuencia: 4-0, 4-1, 6-1, 6-2, 6-3, 7-3, 8-3, 8-4, 8-5, 10-5, 11-5, 11-7, 13-7, 13-8, 14-8, 14-9 y 15-9. Vale recordar que, el resto de la serie fue: 15-10 el triunfo de Independiente, 15-13 y 15-5 las victorias del elenco azulgrana. ¡Salud, campeón! ¡Felicitaciones Ciudad Atlántida!