La repetición de hechos delictivos contra la propiedad incorporó una nueva preocupación a las autoridades políticas del Gobierno Municipal.

De un tiempo a esta parte, los responsables de la seguridad se muestran superados con episodios que afianzan a la inseguridad en la agenda diaria de la ciudad.

Pareciera que la estrategia para compensar “las perdidas” sería la amplía promoción de operativos  en rutas con amplio despliegue de uniformados y móviles policiales.

Sin embargo, la presencia de efectivos policiales en las calles no aplaca el accionar delictivo que permanentemente suma nuevas víctimas.

La Dirección de Seguridad, con Alejandro Pereyra a la cabeza desde abril de 2018, lejos está de las respuestas que supo dar a la comunidad, cuando en el mismo área se desempeñó el extinto José Miguel Bazán.

De hecho, representantes de la Unión del Comercio, la Industria y el Agro expusieron inquietudes sobre la seguridad a la máxima autoridad de la Estación Punta Alta de la Policía Comunal.

Sobre fines de 2018, el domicilio de un comerciante en Luiggi al 1500, fue blanco de ladrones que lograron un botín de 50 mil pesos.

Pocos días después, en Puerto Deseado al 200, una mujer - también comerciante - fue sorprendida cuando dormía y la ataron a su cama para facilitar la sustracción de 12 mil pesos.

A las horas también trascendió que ladrones entraron a una casa ubicada en Buchardo al 800, robaron una caja fuerte que trasladaron en un vehículo de la familia damnificada hasta Bahía Blanca. Tal fue la impunidad de los delincuentes que regresaron a la vivienda y estacionaron el rodado utilizado en el garaje.

En este caso los delincuentes tuvieron un botín mucho más suculento: 20 mil dólares y una cifra similar en pesos y euros.

La amplia zona norte de la ciudad permanentemente es escenario de robos y asaltos. Basta recordar esa seguidilla de hechos que acaecieron a lo largo de 2018, algunos esclarecidos.

No obstante, recientemente se conoció que en Patagones al 500 ladrones ingresaron y sustrajeron varios elementos de valor.

En el barrio Nueva Bahía Blanca, en la primera cuadra de calle Santa Cruz, aprovechando que sus moradores estaban vacacionando en la provincia de Salta, los delincuentes robaron artículos electrónicos, comieron y hasta usar el baño.

Otra familia que vacacionaba en Mar del Plata se sumó en las últimas horas a la lista de las víctimas de la inseguridad cuando los malvivientes forzaron un ingreso de la casa ubicada en La Paz al 300.

Más allá del hermetismo que se quiera dar a la cuestión, sin información oficial, no se trata de “una sensación”. Los casos son parte de la realidad y alimentan la falta de seguridad.

¿Hasta cuando las autoridades sostendrán esta situación sin efectuar algún cambio que devuelva a la comunidad rosaleña la tan añorada tranquilidad?.